Varias personas me han preguntado al respecto de: ¿Cómo así que te estás reinventando? ¿Reinventar personas? ¿No estás ya “entrado en años” (muy diplomáticos) como para que te metas a esas cosas? ¿Reimaginar empresas?

Uno de los resultados inesperados de mi reinvención personal, fue el interés en escribir al respecto de lo que ha significado mi viaje, de tal manera de poder compartir el aprendizaje obtenido. Espero aportar ideas, e idealmente acciones, a la persona que me haga el favor de leerme.

No hablaré en base a teorías, conceptos, leyes, certificaciones, etc. Hablaré desde la experiencia, desde la práctica, desde las apaleadas, desde mis aciertos, desde mis errores, desde mis triunfos, desde mis fracasos.

Dejaré para más adelante mi reinvención profesional, la cual es consecuencia de mi reinvención personal. Creo, que esa es la forma correcta de iniciar el proceso, empezar desde la persona.

No tengo técnica literaria para escribir, serán palabras que salen del corazón. No me considero ser un experto, soy un ser humano con luces y sombras. No doy consejos, solo comparto mis experiencias, deseando sinceramente sean de utilidad para quien me lee. Es parte de mi propósito de vida que estoy encontrando.

Será un viaje de varias escalas, que me llevara desde mi reinvención personal hasta la creación de la empresa: Human Tecnologies.

Así pues, ajústense los cinturones, pongan el asiento en posición vertical, aseguren la mesa al respaldo del asiento de adelante, apaguen todo equipo electrónico, que despegamos. Damos inicio al viaje.

Primera lección que aprendí: la persona no cambia, hasta que por decisión propia ella decide cambiar.

 Mi madre era muy dada a los refranes populares, y uno que mencionaba muy seguido es: “no hay peor ciego, que aquel que no quiere ver”. Con el tiempo entendí que «se lo decía a Juan para que lo entienda Pedro”. Por supuesto no me di cuenta de ello (mejor dicho, no quise darme cuenta de ello) durante muchos años.

Sin embargo, como dice otro refrán popular: “a todo marrano le llega su sábado”. (como tengo el privilegio de tener amistades en varios países, intentaré utilizar palabras que tengan el mismo significado independientemente del país)

Una serie de sucesos me ocurrieron casi de manera simultánea, los cuales era una forma de decirme: “Carmelo, te llego tu sábado”.

Ah, pero yo seguía actuando como si nada estuviera pasando, cual avestruz que esconde la cabeza para no ver lo que está sucediendo.

Sin embargo, nada pasa por casualidad, (otra lección que aprendí y hablaré de ella con mayor profundidad en otra ocasión), apareció una persona que, aunque siempre estuvo cercana a mí, nunca habíamos compartido, ni mucho menos relacionado de manera constante y con profundidad.

Sin qué ni para qué, le compartí a esta persona mi situación (no olviden, nada es casualidad).

No recuerdo cuanto tiempo, ni cuantas veces esta persona me decía: Carmelo, voy a dar un taller veníte te va a servir, Carmelo anímate, Carmelo vení a conocer, Carmelo al menos recibí la primera sesión, Carmelo no te cobro, si no te gusta ya no regresas, ni me pagas.

¿Y qué respondía yo? No vos, no es necesario, estoy ¿¿¿!!!! BIEN!!!????, gracias pero siempre no; no vos esas cosas no son para mí, ya va a pasar, etc, etc.

O sea que así en confianza y como dirían mis amistades mexicanas, estaba bien pendejo.

Sin embargo, un sábado por la mañana, nunca olvidaré ese momento, estaba yo barriendo el corredor de mi casa, eran aproximadamente las 10:00 de la mañana, cuando recibo una llamada. ¿Se imaginan de quién? !!!EXACTO!!! de la persona de los talleres, recordándome que el lunes iniciaba uno nuevo y que me invitaba a ir, que me animara, que no fuera terco, necio, cerrado, que no me comportara como canción de Shakira (ciego, sordo y mudo).

¿Que se imaginan que respondí? !!!EXACTO!!! Gracias vos, pero siempre no. ¿¿!!!!Estoy bien???!!!! todo es cuestión de tiempo.

La persona se despidió diciéndome: “Va pues, ya sabes que si queres venir, sos bienvenido”.

Les he compartido lo anterior, para resaltar el aprendizaje de la primera lección: Nadie cambia si realmente no quiere cambiar. Pueden estar 1,10,50,100 personas diciéndoselo, pero si la persona no quiere, no va a escuchar, mucho menos cambiar.

¿Qué sucedió después de cortar la llamada?   !El inicio de mi reinvención personal!

Mi voz interior, mi intuición, mi sexto sentido, Dios, o como quieran llamarle, me hizo reflexionar. En menos de un minuto estaba devolviéndole la llamada a la persona y le dije: Conta conmigo, el lunes a las 7pm estoy presente en el taller.

Señores pasajeros, hemos llegado a la altura de crucero. Ya pueden encender sus aparatos electrónicos, reclinar sus asientos, pueden ver alguna película o escuchar música, o bien, pueden solicitar alguna bebida o algo de comer a nuestros asistentes de vuelo (no vamos en línea aérea de bajo costo).

Aprendizajes de la primera lección:

¿Qué puedo asegurar que funciona?

  1. Escuchar su voz interior, seguir lo que su corazón les dice.
  2. No esperar a entrar en crisis para empezar a pensar en Reinventar personas.
  3. En los tiempos actuales, es importante Reinventar personas.

¿Qué puedo asegurar que no funciona?

  1. Ir en la vida en piloto automático. Eso solo funciona para los aviones, para los automóviles autónomos y para los robots. No para las personas de carne y hueso.

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