Durante mi carrera laboral, he tenido la oportunidad de vivir los cambios que las tecnologías de información han tenido en los últimos 35 años.
Pasar de mainframes a redes y computadoras personales, el aparecimiento comercial del Internet, páginas Web y negocios electrónicos; continuando con las tecnologías móviles y las Apps, hasta llegar al término de actualidad: Transformación Digital, con el IOT, drones, impresión 3D, Inteligencia Artificial, etc.
A estas alturas, ya podrán haberse imaginado o hecho cálculos de mi edad y a que generación pertenezco (creo ser excepción a la regla de los Baby Boomers). Así es, ya llevo bastante camino recorrido y en algunos trechos de este, los recorrí «con llanta pache» (para quienes me hacen el favor de leerme en otros países, el término “llanta pache” en Guatemala significa: cuando una llanta del vehículo no tiene aire, está desinflada. Se imaginarán los efectos en una «llanta pache» cuando el carro va caminando).
He tenido la oportunidad de ver proyectos tecnológicos que han sido sumamente exitosos, otros que no tanto y otros que fracasaron. Mi experiencia me dice, que estos últimos fallaron, no por la tecnología per se, sino que fueron mal concebidos desde el inicio.
En un inicio, mi rol profesional era la parte técnica: programar, configurar, reparar, instalar, etc. (mi fuerte no es la parte técnica). Me gusta más -no implica que sea bueno en ello- socializar con personas, relaciones interpersonales, etc.
Un jefe que tuve me brindo la oportunidad de pasarme al área de negocios, en la empresa en la que trabajaba. Desde entonces me he desempeñado en dicha área profesional. Aclaro que, aunque no me gustó la parte técnica, no implica que los técnicos me vacilen. Soy políglota: hablo técnico y hablo negocios. Por ahí me pusieron el apodo de: Bisagra, logro unir la parte técnica con la de negocios.
Las personas por lo general, no todas (aclaración importante), reaccionamos con miedo a los cambios, no importando de qué naturaleza sean.
Recuerdo una ocasión, cuando con un equipo de colegas empezamos a desarrollar el sitio Web para la empresa que trabajamos (apenas cuando el Internet estaba surgiendo en Guatemala, a mediados de los 90’s). Mi rol era, ser el que tenía la relación con los demás colaboradores de la empresa, convencer, proponer, reunir información, para el sitio Web; interactuar con diseñadores Web, con desarrolladores, proveedores de conexión, etc.
La reacción que me quedó grabada en la mente fue la actitud de algunas personas, no querían compartir información, sentían que estaban perdiendo poder, que se estaban exponiendo ante la competencia. ¡Como vas a publicar esa información Carmelo! ¡La competencia va a saber lo que hacemos! Aún las escucho como si hubiera sido ayer.
Otra situación que he podido observar durante estos años, es que muchas veces las empresas utilizan la tecnología, porque la competencia la usa. Lo he podido ver con los sitios Web: ¡Necesitamos un sitio Web porque la competencia tiene uno! ¿Para qué me va a servir en el negocio? ¡No sé! ¡Pero no podemos estar sin sitio Web mientras la competencia tenga uno! ¡Que van a pensar nuestros clientes! Mismo argumento he escuchado con respecto a Comercio Electrónico, las Apps para los equipos móviles.
Consecuencia: hay algunos sitios Web desactualizados, no funcionales, etc. Algunos Gerentes desencantados con el Comercio Electrónico, algunas Apps que no se usan, etc.
He realizado el anterior recorrido, para llegar al punto principal de este relato: ¿Qué decir del tema actual que se encuentra hasta en la sopa? La famosa: Transformación Digital.
Segunda lección que aprendí: Haberle puesto el apellido Digital al nombre Transformación, ha provocado que la Transformación Digital, sea mal entendida y difícil de aceptar.
He escuchado a muchos Baby Boomers y a algunos de la generación X, decir: Es que, a mí la tecnología me atropella. Metáfora que indica que quizás recurren a sus hijos (que quizás sean Millennials), para que les configuren televisiones, bluetooth del carro, celulares. O que quizás simplemente no utilizan tecnologías porque no saben cómo usarlas.
Siendo hoy día, que los cargos Directivos y Gerenciales en algunas empresas los ocupan personas de la generación Baby Boomer o generación X, me parece totalmente natural que cuando escuchan la palabra Transformación Digital, algunos no quieran entrarle, al confundirla con que es un tema puramente tecnológico.
Mientras tanto, para los Millennials, las tecnologías, el cambio y lo nuevo es lo más normal para ellos. Como popularmente se dice: nacieron con otro chip, ya traen la computadora bajo el brazo.
Conozco a Baby Boomers y de la generación X que le tienen temor a trabajar con Millennials. ¿Es que acaso algunos de ellos, no tienen hijos de la generación de los Millenials? ¿Por qué no quieren trabajar con los Millennials? No tengo la respuesta, aún no he llegado a una conclusión, aunque sí es motivo de discusión (constructiva) con mis amistades.
Por lo tanto, veo natural, el choque que existe en las empresas cuando se encuentran un Baby Boomer o generación X con un Millennial. En más de una ocasión he escuchado decir: ¿Por qué será que los Millennials no duran en los trabajos?
Sin embargo, estoy convencido que hay solución. Y parte de ella es: actitud, tener nuevas actitudes, tanto personales como profesionales y laborales.
Estoy convencido en que se pueden Reimaginar empresas, Reinventar personas.
¿Qué puedo asegurar que sí funciona?
- Tener claro, bien entendido y bien comprendido que la transformación digital NO ES un tema 100% tecnológico.
- La Transformación Digital es un tema de evolución, de las empresas, de los mercados, de modelos de negocio, de la forma en que las personas hacen negocios.
- La Transformación Digital tiene un componente ALTAMENTE humano.
- No olvidar que las empresas están conformadas por personas, por seres humanos. – al menos actualmente por estas regiones del mundo, al menos en Guatemala-
- Las tecnologías asociadas a la Transformación Digital, como toda tecnología son: HERRAMIENTAS.
¿Qué puedo asegurar que no funciona?
- No darse cuenta de la realidad.
- Creer que a nosotros o a nuestras empresas no nos va a llegar eso de la Transformación Digital
- No cambiar, pero principalmente de actitud intergeneracional, tanto de Baby Boomers, generación X hacia los Millennials, como de los Millennials hacia los Baby Boomers y generación X.