Uno de los aprendizajes mas valiosos que me dejo el estudiar en la Universidad Virtual del Tecnológico de Monterrey, fue un consejo que me dio un Doctor que fue mi catedrático, me dijo: “Carmelo, vos no tenes que ser el inteligente, lo que tenes que hacer es rodearte de gente mas inteligente que vos” (palabras más, palabras menos; el tiempo ha hecho su papel en mi memoria).
Consejo que he seguido al pie de la letra desde entonces y que me ha permitido conocer a personas supremamente inteligentes. No diré nombres porque seguramente dejaría mencionar a alguno y no es mi intención. Eso sí, a todas estas personas, muchas gracias por las enseñanzas no solo en el ámbito profesional, sino principalmente de vida que me han brindado.
Hoy un amigo compartió un meme en un grupo de Whatsapp al que ambos pertenecemos, dicho sea de paso, con gente muy inteligente (más que yo por supuesto), en el cual después del postearlo escribió: ¡cómo no nos dimos dado cuenta!
Esas palabras sirvieron de detonador para esta reflexión que comparto. Además, fueron como una capsula del tiempo que me hizo retroceder unos 3 años, cuando estaba en mi peor momento de vida personal, y en mi momento Eureka le dije a mi coach: ¡Entonces el del problema soy yo, no los demás!
Las palabras de mi amigo: ¡Cómo no nos dimos cuenta! también trajeron a mi mente, la historia (espero que no sea real, porque soy defensor de los animales) de la rana en la olla de agua.
En donde cuentan que, si se pone a una rana en una olla de agua al tiempo, y se le va subiendo poco a poco la temperatura a la estufa; la rana no siente el cambio y se queda ahí, y cuando quiere salir porque el calor del agua es insoportable, ya no lo puede hacer y muere. En cambio, si se intenta poner a una rana en una olla de agua hirviendo, inmediatamente brinca para salir.
Creo que esta situación del Coronavirus es muy similar a dicha historia. No nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo, muchas veces debido a que el día a día hace que no nos demos cuenta de lo que esta pasando, nos acomodamos, nos autoengañamos, nos bloqueamos, etc. Hasta que llega el día en que gritamos ¡Cómo no nos dimos cuenta!, pero ya muy tarde para reaccionar.
Creo también, que es importante no confundir la causa con el efecto. El Coronavirus por supuesto esta provocando muchos efectos en todo, personas, empresas, gobiernos, países. Pero quizás la causa fuimos todos nosotros al no darnos cuenta de que nosotros mismos estábamos subiéndole la temperatura a la estufa, no reaccionamos a tiempo y ahora estamos como estamos. Como decía mi madre: “mijo, no hay peor sordo que el que no quiere oír, ni peor ciego el que no quiera ver”.
Por ejemplo, Alvin Toffler: autor que leo desde los inicios de los 90’s ya hablaba al respecto del futuro en sus libros: El Shock del Futuro, La 3era Ola, La Revolución de la Riqueza. ¿Le hicimos caso a Toffler? ¿Al menos leímos a Toffler? Se los dejo de reflexión ya que la respuesta es personal.
Soy muy poco de ir al cine, de ver telenovelas en Netflix (es cool decirles series, pero al final, son puras telenovelas). Eso sí, la ciencia ficción me fascina, ya que al final no resulta ser ciencia ficción, sino realidad. Por ejemplo: Minority Report con el reconocimiento del iris. Demolition Man, carros sin conductor, el saludo de manos, la falta de papel de baño y ni que decir cómo se hará el amor en el futuro. (espero estar muerto para entonces, ya que hacerlo como lo harán en el futuro, no muchas gracias).
Y el que para mí es el mejor ejemplo de ciencia ficción: Los Supersónicos. La siguiente es la imagen es la que compartió mi amigo hoy en el grupo de Whatsapp.
Ajá, si pues, como no, pura ciencia ficción. Todo esto estaba antes del Coronavirus pero ¡Cómo no nos dimos cuenta!
Por cierto, recomiendo leer a Alvin Toffler, no nos vuelva a pasar lo que mi madre decía: ” Después del rayo, Jesús María”