Recién estoy entrando a mi casa, después de haber tenido que salir por motivos laborales. Me reuní presencialmente con unos prospectos, para firmar unos documentos que requerían la presencia de ambas partes.

Debo reconocer que regresé con más dudas que respuestas, no de la reunión con los prospectos, ni de los documentos que tuve que firmar, sino de lo que vi en la calle y su relación a lo que hoy llaman: “Nueva Normalidad” (Hoy me estoy enterando que no es un termino nuevo, sino que surgió en la Crisis del 2008).

Durante el segundo semestre del 2019, la palabra que encontraba “hasta en la sopa” era: exponencial. Modelos de negocios exponenciales, oportunidades exponenciales, exponencial aquí, exponencial allá, etc.

A partir del Coronavirus, la palabra que escucho y encuentro “hasta en la sopa” es: Nueva Normalidad. Muchos hablan de lo mucho que el mundo cambió, que todo será diferente, que ya nada es como antes, así como dice Marco Antonio Solís, el Buky, en su canción ya nada es igual.

Sin embargo, hoy que tuve que salir, vi a automovilistas estacionados en la calle en línea roja, aunque haya un parqueo enfrente, otros automovilistas que cruzan sin poner pide vías, motoristas que se pasan semáforos en rojo, van con escape abierto haciendo ruido, sin casco en la cabeza (lo llevan en el codo) y metiéndose entre los carros, (60% de motoristas no tienen licencia), peatones que cruzan la calle, aunque el semáforo no les esté dando vía, taxistas obstaculizando el tránsito, etc.

Creo que esas actitudes las puedo resumir en: no me importa si friego a los demás, total las leyes son para los demás, no para mí; además solo será un ratito.

Lo anterior por mencionar algunas de las “Viejas Normalidades” de Guatemala.

Días atrás “ojeando” los periódicos y viendo de reojo los telenoticieros, me encuentro con que el Congreso de la República, de Guatemala, sigue con las malas prácticas, que la Seguridad Social no colabora con el Ejecutivo, que los partidos políticos le piden al Tribunal “Supremo” Electoral le quite multas (entre comillas la palabra Supremo, porque de Supremo no tiene nada), en fin, tantas cosas de la “Vieja Normalidad”.

Entonces, será que estamos viendo la Nueva Normalidad como: ¿Vender en línea?,¿estudiar en casa?, ¿trabajar en casa?, ¿reuniones virtuales?, ¿que tendremos que usar mascarilla?, ¿que deberemos tener distanciamiento social?, ¿que el saludos y muestras afectuosas ya no serán utilizadas?, ¿que los burócratas van a entrar más temprano a las entidades gubernamentales?, ¿que los jueces van a tener que usar trajes, mascarillas y otros tipos de protección contra el Covid-19?

Si lo anterior fuera la “Nueva Normalidad”, desde mi punto de vista es que será una “Nueva Normalidad de forma, pero no de fondo”. Varias cosas que mencione en el párrafo anterior, ya existían antes del Coronavirus, ya se utilizaban, ya eran normales; solo que para muchos no querían utilizarlo o no se habían dado cuenta o no querían darse cuenta.

Lo que entiendo por “Nueva Normalidad de fondo” es, por mencionar unos ejemplos: que las personas que estén en el Gobierno, se les fiscalice y el que no funciona se despide, nada de proteger a trabajadores ineficientes solo porque el Sindicato tiene un Pacto Colectivo, que se eliminen los listados nacionales para la elección de Diputados, que los candidatos realmente sean personas idóneas y no que simplemente hayan pagado para que lo pongan, que sindicalistas de Educación, Salud, Congreso, etc. realmente aporten al país y no sean parásitos, que personas inescrupulosas que incendian bosques con tal de apropiarse de la tierra, sean capturadas y condenadas, que organizaciones que desvíen ríos y dejen sin agua a los demás, también se les condene, que la tan nombrada Reforma Educativa sea una realidad, que la elección de Magistrados a la Corte Suprema se haga sin movidas políticas, etc. Ya no sigo porque en lugar de estar con duda, voy a esta como la gran…….

Yo que soy muy mal pensado, el tema de mantener al pueblo bruto, con hambre y pobre, es de interés de los políticos y de quienes les dan financiamiento, ya que de esa forma regalando tshirts, gorras o almuerzo, consiguen votos. Manteniendo el círculo vicioso, en lugar de crear un círculo virtuoso.

Acá en Guatemala por ejemplo, el juramento para la toma de posesión dice algo así:

  • Presidente del Congreso al Presidente que está tomando posesión: Jura usted fortalecer el Estado de Derecho y para el efecto cumplir, respetar y velar por el cumplimiento de la leyes de la Nación.
  • Presidente electo: Sí, lo juro.

Entre esa parafernalia creo que el Presidente electo dice:  y si así no lo hiciere que el Pueblo me lo demande.

Rápidamente se me vienen a la cabeza 4 ex presidentes de Guatemala que quedaron muy lejos de cumplir con el juramento y ahí están felices y tranquilos, ¡hasta hay personas que los defienden! Tanto así, que si uno de estos exPresidentes, se lanzara de nuevo como candidato de la Presidencia, no dudo que tendría altísimas probabilidades de quedar. Pio pio pio pio (el que entendió sí es puro guatemalteco, de los que no hay que salvarlo tirándole un tortrix).

¿No debería la Nueva Normalidad, impedir que esas cosas y otras muchas otras cosas de la Vieja Normalidad sucedan?

¿No deberíamos entonces enfocarnos en esa Nueva Normalidad de fondo? Si no, el día de mañana nos preguntaremos, al igual que se pregunta Marco Antonio Solís, el Buky: ¿A dónde iremos a parar?

En fin, como dije al inicio de este artículo, estoy con mas dudas que respuestas.

Lo único que tengo clarísimo, es que eso del distanciamiento social y dejar de saludar afectuosamente me va a costar muchísimo cumplirlo, porque yo soy de cachete con cachete, pechito con pechito, ombligo con ombligo.

Pdta: si, soy fan de Marco Antonio Solís, el Bucky. Pero de irlo a ver al estadio, de pie y con cervezas. De la buena música que tiene la Vieja……..Normalidad.