Alinear las estrategias del negocio con las de tecnología requiere del ajuste en varios frentes del negocio.

Durante nuestra consultoría grupal de Planeación Estratégica de Tecnología Informática, además de la información tradicional de presentación de cada uno de los participantes, nos gusta validar cuál es el mayor problema al que se están enfrentando. Esto nos permite colaborar con la solución de ese mayor problema durante el mismo desarrollo del taller.

Hemos desarrollado nuestro taller en Centro y Sur América, lo que nos permite recoger también los mayores problemas que tienen los gerentes de TI en varias latitudes. Curiosamente, buena parte de ellos se repiten. A continuación, resumimos estos “mayores problemas”, y las posibles vías de solución.

Hay uno que está en primer lugar siempre y sin temor a equivocarnos, en más del 80% de los asistentes. ¿Cómo alinear las estrategias del negocio con las de Tecnología Informática? Luego de indagar un poco, bajo este rubro se incluyen muchas problemáticas, pero quedan, contrario a la recomendación, bajo una gran sombrilla de “alineación”.

Alinear abarca muchas cosas, pero en términos sencillos, es no solo que las estrategias de TI apoyen a las del negocio, sino que realmente el negocio perciba y obtenga valor con el uso de las TI. Para que esto suceda se requiere la concurrencia de vario elementos.

El primero es la definición clara de cómo ve la compañía la apropiación de la tecnología. Empresas líderes tendrán mayor facilidad para construir soluciones corriendo mayores riesgos que las seguidoras y rezagadas, y es claro que una empresa rezagada que considere la tecnología como un “costo de hacer negocios” no podrá pretender generar soporte a las estrategias y mucho menos innovación a través de las TI.

El segundo elemento es un claro conocimiento de qué espera el negocio de su inversión (¿o gasto?) en TI. Algunos esperan reducir los costos operativos, otros generar un mejoramiento y otras empresas esperan un apoyo estratégico e inclusive aumento en el volumen de negocios. Esta expectativa debe ser consistente con el lugar que se le da al departamento de TI en la estructura organizacional.

Es claro hoy que con las TI se puede impactar el resultado del negocio, y que inclusive puede ser un motor de innovación, sin embargo para que esto suceda, quien rige los destinos de la tecnología en las organizaciones, debe ser miembro del comité directivo de la empresa, donde se toman las grandes decisiones estratégicas. En este mismo orden de ideas entonces, deberá reportar directamente a la Gerencia General o Presidencia (CEO) de la compañía, y no estar sumergida dos o tres escalones más abajo, bajo la Gerencia Financiera, o Gerencia Administrativa, desde donde será muy difícil aportar al desarrollo estratégico del negocio con la tecnología y las decisiones que al respecto se tomen.

El tercer elemento es una clara definición de las funciones que debe cumplir el departamento de TI y las responsabilidades de los funcionarios del negocio con respecto a la generación de requerimientos y la aplicación de las soluciones entregadas por TI para generar valor. Se entra en un ciclo vicioso en el que el negocio espera que TI por si sola sea el motor del desarrollo, y TI espera que el negocio le indique qué necesita para desarrollar sus estrategias. TI podrá aportar siempre y cuando conozca de primera mano las necesidades, pero será el usuario el responsable de indicar qué valor podría generar con lo que se pueda sugerir desde TI.

Una vez ajustados estos elementos al objetivo empresarial, se podrá iniciar la aplicación de muchos procesos que permitan apoyarlos. En una empresa donde TI se considere como un elemento común de infraestructura, no tiene mucho sentido estructurar procesos de innovación, pero si es apalancamiento de las estrategias sobre innovación con base en tecnología informática, la investigación aplicada estará al orden del día.

Escrito por José Camilo Daccach T. Tomado con Autorización Expresa de www.deltaasesores.com